sábado, 22 de septiembre de 2012

Agustín Muñoz Grandes

Hablar de militares españoles del siglo pasado a cualquiera que le guste un poco la temática hace que podamos pensar fácilmente en el nombre de Agustín Muñoz Grandes, comandante de la Blaue Division (División Azul), como uno de los más conocidos. Y para quien no lo conozca un breve resumen de su biografia.

Academia de Infantería de Toledo

Agustín Muñoz Grandes nació en el madrileño barrio de Carabanchel Bajo en 1896, en el seno de una familia humilde.
Se graduó en la Academia de Infantería de Toledo en 1913, siendo destinado, por petición propia a Marruecos, donde tomaría el mando de una unidad de regulares. Allí permaneció diez años, participando en la batalla de Alhucemas, en septiembre de 1925, resultando gravemente herido en el pecho.


A su vuelta a España y con el gobierno republicano, en 1931 es nombrado segundo jefe de la recién creada Guardia de Asalto junto a José del Castillo Sáenz de Tejada.
El levantamiento nacional pilló a Agustín Muñoz Grandes en Madrid, siendo detenido y pasando una temporada en la cárcel Modelo de la capital, hasta que es intercambiado por mediación del General Vicente Rojo Lluch. A su llegada a la zona nacional se le entrega el mando de la IV Brigada Navarra y posteriormente seria ascendido a General y conseguiría el mando del Cuerpo de Ejército de Urgel, participando en la ofensiva sobre Cataluña.


Una vez finalizada la guerra es nombrado Secretario General del Movimiento y jefe de las Milicias Falangistas y posteriormente tomaría posesión del Gobierno Militar del Campo de Gibraltar.

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Plano de la Operación Félix



Con la invasión por parte alemana de la URSS durante la operación Barbarroja en 1941 y después del discurso de Serrano Súñer, es creada la División Española de Voluntarios o División Azul, por el color de las camisas de los falangistas que lo formaban y liderada por Agustín Muñoz Grandes, escogido por Franco para desempeñar dicho papel por su profesionalidad, la buena relación que tenía con el partido único y el bien hacer con los soldados.


Tuvo trato con el Almirante alemán Canaris para la viabilidad de la Operación Félix, pensada para que España entrara en guerra y asaltara Gibraltar, cortando el acceso occidental al Mediterraneo.



Durante su servicio al mando de la División Azul, Muñoz Grandes tuvo una entrevista con el Führer, pensando este que ya que tenía siempre negativas y aplazamientos por parte de Franco y Súñer para la entrada de España en la guerra, podía contar con un aliado en el General de la división de voluntarios por si tenia que tomar el país por la fuerza.
El 13 de marzo de 1942 es galardonado con la Cruz de Caballero y meses más tarde, en diciembre, las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero, por la heroicidad mostrada por los hombres a su mando ante un enemigo superior en número. Dicha condecoración sólo fue obtenida por dos extranjeros más, Leon Degrelle y Alfons Rebane.
Finalmente Agustín Muñoz Grandes es remplazado en 1943 por Esteban Infantes, el cual conseguiría la Cruz de Caballero también y vuelve a España, siendo ascendido a Teniente General y nombrado Jefe de la Casa Militar de Franco, un cargo más político que militar, puesto que dejaba de tener tropas a su cargo directamente.


En 1945 toma el mando de la Capitanía General de la I Región Militar y el 20 de julio de 1951 es nombrado Ministro de Defensa, siendo seis años más tarde ascendido a Capitán General, la más alta graduación que podía alcanzar.
Pero su auge político llegaría el 11 de julio de 1962, siendo nombrado vicepresidente del gobierno, teniendo la responsabilidad de negociar con los EEUU la entrega de bases en caso de un enfrentamiento con la URSS.

Agustín Muñoz Grandes falleció el 11 de julio de 1970 a la edad de 74 años, a causa de una enfermedad bronquial que llevaba arrastrando un año.

Las iniciales de su tumba, DEMMA, son unas iniciales que ponía en todos sus escritos. Dios, España, Madre, Mujer, Agustín.



martes, 11 de septiembre de 2012

Bajo Diez Banderas: La Odisea del Atlantis

Tres meses casi sin escribir nada en el blog, por varios motivos pero ninguno excusable como para no poder sacar un rato de vez en cuando. En esta entrega voy a daros mi opinión acerca del último libro que he leído y espero poder recuperar un poco la continuidad para seguir escribiendo de forma regular.

De siempre nunca he sido muy amante de los barcos, por lo que al interesarme en la Segunda Guerra Mundial, la Kriegsmarine no me llamó mucho la atención. Todo el mundo conoce la trágica historia del Graf Spee y su fin en Uruguay o la historia de las Manadas de Lobos, submarinos al acecho de presas en el Atlántico principalmente, tratando de cortar rutas de suministros aliados y si podían, algún que otro crucero. Trabajo que fue interrumpido con las mejoras del radar hechas por los aliados que fueron terminando uno a uno con estas maquinas de guerra bajo el mar.
Lo que no todo el mundo conoce es la historia de los cruceros de guerra auxiliares alemanes, más conocidos como barcos corsarios. Eran barcos que usaban enmascaramientos y ocultaciones varias para hacerse pasar por otro tipo de barco, cambiando incluso de nacionalidad, ocultando sus cañones con complejas estructuras diseñadas, para acechar a sus presas y en el último momento presentarse como barcos de guerra y atacarles o capturarles.
Este tipo de guerra ya fue usado en la Primera Guerra Mundial, con el Wolf, como barco más famoso de su tipo, que con sus 5.809 toneladas durante sus 451 días de travesía hundió 35 barcos mercantes para un total de 210.000 toneladas de desplazamiento, volviendo a su patria sano y salvo.
Tripulación del SMS Wolf


Imagen
SMS Wolf












Durante la Segunda Guerra Mundial se volvió a usar este tipo de táctica con diferentes barcos que pasaron a la historia como el Orion, el Pinguin o el Atlantis, del que trata el libro que quiero presentaros.



Schiff 16 "Atlantis"
El Atlantis, también conocido como Schiff 16, fue un barco de 7.862 toneladas de registro bruto de arqueo que cursó lo mares en busca de presas, consiguiendo un total de 144.384 toneladas hundidas en un total de 22 barcos estando en el mar durante 603 días. Su comandante fue el Capitán Bernhard Rogge, que consiguió la Cruz de Caballero con Hojas de Roble y una espada samurai por parte de Japón por sus logros, principalmente por la captura de su decimotercera presa, el Automedon, que contenía valiosa información para los japoneses al tener la localización concreta con sus fuerzas de las defensas de lugares como Singapur y otras zonas que querían conquistar los japoneses.
Capitán B. Rogge

Finalmente y siendo el barco corsario alemán que más tiempo seguido permaneció en el mar, el 22 de noviembre del 41, mientras abastecía en el Atlántico Sur al submarino U-126 fue hundido por el crucero pesado británico Devonshire. Su tripulación fue recogida por el submarino, que logró escapar y después de llegar a otro barco, un barco tanque alemán llamado Python, que fue también hundido mientras se ocupaba también de tareas de suministro a submarinos el 1 de diciembre, pero esta vez por el crucero británico Dorsetshire. Salvados de nuevo por los submarinos de la zona y otros italianos que aparecieron más tarde, la tripulación llegó a tierras alemanas a final de diciembre, dando por concluida su hazaña en el mar.



Este libro trata sobre esta historia, contada por el propio Capitán Rogge, desde su lado más humano, que siempre tuvo y reconocido por sus enemigos y sus prisioneros, los cuales muchos tuvieron que pasar una larga temporada en el barco corsario alemán, donde fueron tratados con todas las comodidades que un barco de esa clase y en guerra pudo permitirse.
Es un libro que recomiendo a cualquiera que le guste la época y el conflicto que trata, siendo muy fácil de leer y con muchos detalles que lo hacen ameno, aunque como yo, no sea un apasionado de los mares.



Datos del Libro

Páginas: 448
Autor: B. Rogge y W. Frank
Editorial: Edhasa
Encuadernación: Tapa Dura
ISBN: 9788435039840
Año Edición: 2010